Ahora mismo estoy en uno de esos momentos de la vida privilegiados, en los que cualquier decisión que tomes cambiará el curso del resto de tu vida. A punto de terminar la carrera, me planteo las distintas opciones disponibles como si estuviera en un cruce de caminos y mirara con detenimiento cada una de las indicaciones que allí aparecen. La diferencia es que, normalmente, cuando uno se para ante las indicaciones que encuentra en una carretera, lo que desea es averiguar en qué dirección se encuentra el lugar al que pretende llegar; mientras que ahora yo me encuentro mirando los nombres de los carteles del cruce y viendo cuál de ellos me resulta más atractivo para hacerle caso.
Hay uno de los carteles que tiene un color diferente que hace que me fije más en él. Sus letras están un poco descoloridas y cuesta trabajo leerlo, pero es el que más fuertemente está ligado al poste de indicaciones. Es el que indica el camino hacia el examen PIR (Psicólogo Interno Residente).
De todas las salidas posibles, la Clínica es la que más me gusta, y este examen me abre una puerta para formarme (y luego otra mucho más grande para conseguir trabajo en lo que me gusta). Además, para las nuevas promociones, es la única forma de obtener el título de Psicología Clínica. También es verdad que conozco a magníficos profesionales que no hicieron el PIR.
Cuando salí de clase ayer me pasé por una academia para preguntar por los cursos de preparación del examen PIR. La mujer que me atendió se sorprendió de que terminara la carrera este año porque ¡¡me echó 15 años al verme!! Argg!! Y luego la bromita de siempre de que si cuando tenga 40 aparentaré 30... >(
La verdad es que hay muy pocas plazas disponibles para toda España (107 este año) y se presenta mucha gente al examen (1971 en esta última convocatoria), por lo que unas 18 y pico personas compiten por cada plaza (el ratio es 18,42 personas por plaza). A esto hay que añadir que en Sevilla sólo hay 4 plazas. En definitiva: un panorama mu negro. Así que, si voy a presentarme al examen no voy a arriesgarme preparándome por mi cuenta (aunque las tarifas de las academias sean un robo).
Hay uno de los carteles que tiene un color diferente que hace que me fije más en él. Sus letras están un poco descoloridas y cuesta trabajo leerlo, pero es el que más fuertemente está ligado al poste de indicaciones. Es el que indica el camino hacia el examen PIR (Psicólogo Interno Residente).
De todas las salidas posibles, la Clínica es la que más me gusta, y este examen me abre una puerta para formarme (y luego otra mucho más grande para conseguir trabajo en lo que me gusta). Además, para las nuevas promociones, es la única forma de obtener el título de Psicología Clínica. También es verdad que conozco a magníficos profesionales que no hicieron el PIR.
Cuando salí de clase ayer me pasé por una academia para preguntar por los cursos de preparación del examen PIR. La mujer que me atendió se sorprendió de que terminara la carrera este año porque ¡¡me echó 15 años al verme!! Argg!! Y luego la bromita de siempre de que si cuando tenga 40 aparentaré 30... >(
La verdad es que hay muy pocas plazas disponibles para toda España (107 este año) y se presenta mucha gente al examen (1971 en esta última convocatoria), por lo que unas 18 y pico personas compiten por cada plaza (el ratio es 18,42 personas por plaza). A esto hay que añadir que en Sevilla sólo hay 4 plazas. En definitiva: un panorama mu negro. Así que, si voy a presentarme al examen no voy a arriesgarme preparándome por mi cuenta (aunque las tarifas de las academias sean un robo).
4 comentarios:
Yo he visto fotos tuyas con quince años y has mejorado con la edad, como el buen vino ;-)
Un consejo, nunca pienses en los "What if..."
Lánzate a por todas.
Gracias. Lo intentaré. ;)
Bueno. Pienso que si realmente es lo que quieres, ser psicóloga clínica, el hecho de que haya muchos opositores no debe ser un obstáculo sino una motivación más.
Las oposiciones son duras, pero por eso son oposiciones. Valora la meta, yo no la veo inalcanzable para ti y tú tienes buen expediente.
Muchas gracias Emilienko! :)
La verdad es que últimamente estoy muy ilusionada con esto del PIR: he vuelto a la vida. :)
Pero sigo aburrida ya de las clases de la facultad!! Jejeje
Bueno, ya nos contarás cómo te va cuando empieces con la residencia, ¿no?
¡Un abrazo mu fuerte!
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