Hoy he tenido la última catequesis (KTQ para los amigos) con los niños que hacen su primera comunión este año, el primer fin de semana de Mayo. A partir de ahora, ya sólo queda preparar con ellos la primera Eucaristía en la que participarán plenamente, como cualquier otro adulto de la comunidad. Soy catequista desde hace 4 años, y puedo decir que es un duro "trabajo" (entre comillas, porque no se cobra aunque algunos piensen lo contrario) muy sacrificado, que exige un esfuerzo constante a lo largo de todo el curso escolar. La preparación de la primera comunión en mi parroquia dura 2 años, pero yo lo alargaría un par de años más, porque no me da tiempo a hacer mucho (no sé si me propondré metas demasiado difíciles de cumplir).
Durante estos dos años he intentado luchar contra la superficialidad de la sociedad en esta cuestión de la celebración de la primera comunión, y no estoy muy convencida de haber conseguido operar en los niños algún cambio duradero; así que estoy un poco quemada y triste con respecto a esto. Han sido dos años de trabajo intenso con los chavales, en los que he intentado enseñarles el verdadero significado de estar por primera vez en comunión con Dios, que queda muy lejos de las celebraciones que hoy en día se montan alrededor de este acontecimiento, y que los regalos y el banquete no son ni lo más importante ni imprescindibles en ese día. He intentado motivarles cada día, siempre buscando aquellas actividades que les resultaran atractivas, luchando contra la falta de interés generalizado que acucia hoy en día a los niños de nuestra sociedad. He intentado enseñarles a vivir como cristianos, que rezar es hablar con Dios como con un amigo (y no recitar de memoria palabras que fueron escritas por otros). Y sobre todo, he intentado enseñarles a pensar por sí mismos, para que su fe y el conocimiento adquirido tengan una base racional (tengo que admitir que esto ha sido lo más difícil). He intentado enseñarles valores cristianos cada día, aprovechando las pequeñas oportunidades que nos brinda la convivencia durante las KTQ. He intentado que descubran a Jesús y motivarles para que intenten seguirle a pesar de lo difícil que resulta hoy en día en esta sociedad tan corrosiva y abúlica...
He intentado transmitirles muchas cosas, y me ha resultado muy difícil, porque en sus casas sus familiares les hablan en otro idioma distinto al mío. Y después de tanto esfuerzo, no estoy muy satisfecha con el resultado... Y es que los padres sólo se preocupan por la celebración: que si los trajes, el banquete, los regalos, la fecha de la 1ª comunión... :( La celebración de la primera comunión últimamente se viene confundiendo con la fiesta de una boda. :( !!!Sólo espero que la semillita que he sembrado en cada uno de los niños durante este tiempo germine algún día y dé fruto.
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