miércoles, 2 de abril de 2008

El tiempo, ese invisible acompañante de nuestras vidas

Últimamente tengo la sensación de que el tiempo se me escapa, de que pasa inexorable y fugaz ante mis ojos antes de que me dé cuenta. Y esto sucede tan rápido, que cuando somos conscientes del momento presente, éste ya ha pasado. De esta forma, es imposible decir la hora exacta que es (en horas, minutos y segundos) en un momento determinado, porque cuando terminas de decirlo ese momento temporal ya ha pasado y es otra hora diferente...

No podemos verle, y sin embargo, el tiempo es el verdadero gobernante de nuestras vidas. No somos libres, porque estamos esclavizados por el tiempo. No podemos cambiarlo: se nos impone. No podemos ir atrás para solucionar algún error pasado; ni tampoco podemos acelerarlo para saltarnos algo que nos resulte desagradable.
Lo peor es cuando me doy cuenta de que ¡es imposible perder el tiempo! El tiempo no se pierde (aunque a veces tengamos esa feliz impresión): siempre se emplea en algo. Así que ni siquiera podemos boicotearle. Podemos organizar nuestro tiempo y tener la orgullosa sensación de que podemos controlar su paso; pero en realidad lo que hacemos es ajustarnos a sus demandas.

Los días se me están pasando muy rápido este año. Será que ya es el último curso de la carrera y antes no me paraba mucho a pensar en esto, en que el tiempo está pasando y pronto cerraré un capítulo de mi vida para zambullirme en un nuevo universo desconocido.

1 comentario:

Frank Lhermitte dijo...

El tiempo no existe. Es sólo un invento del ser humano porque nacemos, vivimos y morimos.

Ahora te llamo ;-)