Estamos colocando el mueble del salón, que estaba desde la mudanza (hace ya más de un año) a medio montar. Mi madre me ha pedido que le ayude a colocar los libros en las estanterías. Son colecciones en cartoné de títulos clásicos mundialmente conocidos, de ésos cuya cubierta está decorada con grafías y dibujos exquisitos. ¡Oh! ¡Cientos y cientos de libros que quizás nadie leerá nunca! Me han entrado ganas de leerlos todos, de verdad. A pesar de ser títulos clásicos que ya no interesan a nadie. A medida que los iba colocando, me he ido entusiasmando más y más, leyendo los títulos y sus autores y algunos fragmentos del interior de los que caían en mis manos. ¡Qué ganas de leerlos todos! Tengo mono de lectura. Pero ahora no tengo tiempo, tengo que estudiar para la oposición (PIR). De hecho, de tan ajustado que está el reloj, con la oposición no tengo tiempo ni de estudiar para la oposición (jajaja). Quiero hacer tantas cosas... ¡Quiero trabajar y hacer algo de provecho en el mundo! Quiero sentirme útil, y no una mera protuberancia carnosa de mi escritorio. Quiero seguir estudiando piano, mi gran pasión. Quiero dejar de ser una psicóloga teórica y pasar a ser una psicóloga práctica. Necesito hacer algo de provecho ya, sentirme autorrealizada en lugar de ver cómo amanece y oscurece desde el tedio de mi escritorio. Ya ni siquiera rindo estudiando; esto es como una condena que, para colmo, me he autoimpuesto yo. Además, la falta de tiempo me está dejando aislada y sola. No tengo tiempo para ser persona. No tengo tiempo de escribir aquí.
Siento haberme quejado tanto. Sirvan mis quejas de homenaje a todos los opositores .
Siento haberme quejado tanto. Sirvan mis quejas de homenaje a todos los opositores .
2 comentarios:
Ánimo, ¡si ya casi no nos queda nada!
¡Gracias! ¡Mucho ánimo para ti también! :)
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