domingo, 11 de mayo de 2008

Domingo de Pentecostés

Hoy celebramos el Domingo de Pentecostés. Con él se termina el Tiempo Pascual que se inició el Domingo de Resurrección, y comienza un nuevo periodo de Tiempo Ordinario que durará hasta el Adviento (4 semanas antes de Navidad). Os dejo un fragmento del libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch. 2, 1-11) sobre este día. Este libro, perteneciente al Nuevo Testamento de la Biblia, narra las vicisitudes de los primeros cristianos tras la muerte y resurección del Señor.
"Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos, preguntaban: - «¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua."

Y el Señor derramó su Espíritu Santo sobre los discípulos, enviándoles a proclamar el Evangelio (Evangelio significa "Buena Noticia").


De la Primera Carta a los Tesalonicenses 5, 14-24. Construir la Comunidad.
"Mirad que nadie devuelva a otro mal por mal, esmeraos siempre en haceros el bien unos a otros y a todos. Estad siempre alegres, orad constantemente, dad gracias en todas circunstancias, porque eso quiere Dios de vosotros como cristianos. No apaguéis el Espíritu... Examinadlo todo, retened lo que haya de bueno y manteneos lejos de toda clase de mal. Que el Dios de la paz os ayude a vivir como corresponde a auténticos cristianos; que toda vuestra persona, alma y cuerpo, se conserve sin tacha para la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ama es fiel y Él lo hará."

Tesalónica (Salónica), puerto del mar Egeo, era en tiempo de San Pablo capital de la provincia romana de Macedonia. Sus habitantes eran en su mayoría gentiles, griegos y romanos, y había una pequeña colonia judía que tenía allí una sinagoga. Allí estuvo San Pablo unas tres semanas predicándoles por las Escrituras que Jesús era el Mesías (Hch. 17). Esto sucedía en su segunda misión o viaje apostólico, y en colaboración de Silvano (Silas) y Timoteo. Predicó también a los gentiles y hubo varias conversiones. Esto excitó el odio de los judíos incrédulos, por lo que San Pablo se vio obligado a salir de la ciudad.
Estando él en Corinto mandó a su discípulo Timoteo que se informara del espíritu que reinaba en aquella cristiandad, y esto motivó la ocasión de escribirles esta carta hacia el año 51, desde la misma ciudad de Corinto.

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