Ayer me levanté con una horrorosa noticia: la minisitra de igualdad, Bibiana Aído, había afirmado que "un feto es un ser vivo, pero no un ser humano". Según ella, decir lo contrario no tiene ninguna base científica. Ya que determinadas personas hablan con autoridad sin saber amparándose en el cargo que ocupan (para el que han sido designados a dedo), permítame el lector a mí también hacerlo: desde el momento de la concepción, el cigoto que se forma al unirse un óvulo y un espermatozoide ya es vida; y esa vida, indudablemente es Humana. Y no existe ninguna evidencia científica que afirme lo contrario.
Otro debate distinto es el de la existencia del alma, que creo que es con el que se ha confundido la señora ministra de igualdad, y donde sí puede haber discrepancias.
Decía Carlos Herrera ayer por la mañana en Onda Cero que claro, que las mujeres embarazadas no saben si tendrán un perrito o un gatito. Lo bordó.
Un bebé no-nato tiene la misma dignidad, como ser humano que es, que cualquier otro que ya haya nacido. Yo misma nací tras 8 meses de gestación, ¿es que tenía en aquél momento menos dignidad que otra persona que hubiera nacido tras los 9 meses habituales? ¿Un feto de menos de 13 semanas no es humano y otro con 13 semanas y un día ya sí lo es? Por favor, dejémonos ya de chistes y barbaridades.
Ya que estoy, voy a comentar algún punto de la nueva ley que se está gestando. Eso de que las niñas con 16 años, sin capacidad para votar ni comprarse un paquete de tabaco o una litrona de cerveza, puedan abortar sin el consentimiento paterno (y además sin ni siquiera informarles) me parece una contradicción enorme. Que se rebaje la mayoría de edad o que se modifique la nueva ley del aborto sustituyendo los 16 años por los 18.
Otra importante cuestión de la nueva ley es que se está vendiendo el aborto como un derecho que aporta dignidad a la mujer (cuando matar nunca dignifica al ser humano), y como una decisión sobre su propio cuerpo. ¿Y qué pasa con el padre? ¿Es que el padre no lo es hasta que el niño nace? Por favor, que las mujeres no somos hermafroditas: se necesita un hombre y una mujer para producir un embarazo, y ambos deben ser igualmente responsables. A ver si cambia ya esa mentalidad de que los hijos son cosa de las mujeres. Aquí a apencar los dos desde el primer momento: el hombre y la mujer, que para eso un embarazo es la consecuencia de un acto común entre los dos (y no sólo de la mujer).
Por otra parte, estamos en la cultura de los derechos y del mínimo esfuerzo y nadie se acuerda de las responsabilidades. Siempre que se practica sexo hay posibilidades de embarazo, por muchos medios que se intenten poner. Si una pareja no puede asumir la responsabilidad sobre esa nueva vida si hay un embarazo, que mejor se dedique a jugar al parchis.
En lugar de patrocinar el asesinato, el gobierno debería apostar por la vida y proporcionar ayudas eficaces a estas madres adolescentes, para que tener un bebé no suponga truncar su vida. Las mujeres que abortan luego lo sufren durante toda su vida, y muchas lo hacen por falta de recursos económicos o por no tener que dejar de estudiar. Menos descuentos en coches y más ayudas para estas madres y padres, económicas e instrumentales (guarderías, apoyo, asesoramiento...).
Como no tengamos cuidado, éste será el genocidio del siglo XXI...