domingo, 23 de marzo de 2008

¡Resucitó!


Del Evangelio según San Juan (Jn. 20, 1-18):

"El día primero de la semana, María Magdalena vino muy de mañana, cuando aún estaba oscuro, al sepulcro, y vio la piedra quitada del sepulcro. Corrió a buscar a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien amaba Jesús, y les dijo: Han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde le han puesto. Salió Pedro y el otro discípulo y fueron al sepulcro. Echaron a correr los dos juntos, y el otro discípulo corrió delante más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro, y asomándose, vio allí por el suelo las vendas; mas no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro, y vio las vendas allí caídas, y el lienzo, que estuvo sobre su cabeza, no caído junto a las vendas, sino envuelto en lugar aparte.
Entonces entró también el otro discípulo, el que llegó primero al sepulcro, y vio y creyó, porque aún no habían entendido la Escritura según la cual había de resucitar de entre los muertos. Luego los discípulos se volvieron a casa.

María se había quedado junto al sepulcro, fuera, llorando. Según lloraba, se asomó al sepulcro, y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y el otro a los pies del lugar donde estuvo puesto el cuerpo de Jesús. Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Ella le dijo: ¡Se han llevado a mi Señor y no sé dónde le han puesto! Dicho esto, se volvió hacia atrás y vio a Jesús que estaba allí, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si tú le llevaste, dime dónde le pusiste y yo me lo llevaré. Jesús le dijo: ¡María! Ella volviéndose dijo en hebreo: ¡Rabboni! (que significa "Maestro"). Jesús le dijo: No me toques más porque todavía no he subido al Padre, ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre: a mi Dios y a vuestro Dios. María Magdalena fue a anunciar a los discípulos: "He visto al Señor" y lo que Él le había dicho."


Hoy la Iglesia celebra la fiesta más grande, la resurrección del Señor. Si Jesús no hubiera resucitado, nada tendría sentido. Pero Él murió para redimir nuestros pecados, y venció triunfalmente a la muerte. Murió; pero resucitó y está vivo. Él nos dijo: "Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt. 28, 20).

Empieza el Tiempo Pascual, que dura 50 días y culmina con el Domingo de Pentecostés.

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