Las bolsas de plástico están comenzando a ser demonizadas, perseguidas y extinguidas. Es cierto que muchas acaban contaminando el mar, es cierto que otras terminan tiradas por ahí en el campo; sin embargo, no entiendo que las bolsas de plástico comiencen a prohibirse en lugar de abogar por un uso responsable de ellas. Por ejemplo, un cuchillo es muy útil en la cocina, pero en la calle puede convertirse en un arma letal. Pues lo mismo ocurre con las bolsas, que no son "malas" en sí mismas, aunque un mal uso de ellas pueda llegar a producir una auténtica catástrofe. La solución no es la prohibición, sino el uso responsable y la sanción de aquellas conductas que puedan poner en peligro al medio ambiente (que lo piense la administración del Estado, que así puede sacarse mucho dinerito en multas para superar la crisis y seguir subvencionando votos. Pero ése es otro tema...).
Y entonces los orquestadores de esta campaña de demonización dirán que es que las bolsas de plástico contaminan. Pues bien, que las fabriquen con otros materiales que sean biodegradables (por si a alguien se le ocurre dejarla donde no se debe). Por ejemplo, ya hay algunos establecimientos que utilizan sin ningún problema unas bolsas hechas con fécula de patata, totalmente biodegradables (y por tanto, respetuosas con el medio ambiente). Pero claro, es más fácil no repartir bolsas (que significa menos gasto para el establecimiento) o cobrarlas (que significa más ingresos para el establecimiento). Qué casualidad que, en medio de la crisis económica, casi todos los establecimientos se están volviendo "ecologistas" (entrecomillado porque se trata de un falso ecologismo que oculta un móvil económico). De todas formas, sepa el lector que una boñiga de vaca emite muchísima más cantidad de CO2 que una mísera bolsa de plástico. ¿Debemos por eso exterminar a las vacas?
Y entonces los orquestadores de esta campaña de demonización dirán que es que las bolsas de plástico contaminan. Pues bien, que las fabriquen con otros materiales que sean biodegradables (por si a alguien se le ocurre dejarla donde no se debe). Por ejemplo, ya hay algunos establecimientos que utilizan sin ningún problema unas bolsas hechas con fécula de patata, totalmente biodegradables (y por tanto, respetuosas con el medio ambiente). Pero claro, es más fácil no repartir bolsas (que significa menos gasto para el establecimiento) o cobrarlas (que significa más ingresos para el establecimiento). Qué casualidad que, en medio de la crisis económica, casi todos los establecimientos se están volviendo "ecologistas" (entrecomillado porque se trata de un falso ecologismo que oculta un móvil económico). De todas formas, sepa el lector que una boñiga de vaca emite muchísima más cantidad de CO2 que una mísera bolsa de plástico. ¿Debemos por eso exterminar a las vacas?
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo en que se trata de una moda.
Al final siempre acabamos pagando "los mismos" :D
Es más que una moda. Es una campaña que pretende reducir el gasto y aumentar el beneficio de los establecimientos, consiguiendo al mismo tiempo que los consumidores se sientan conformes con la nueva situación y no protesten (entre otras cosas, porque tal y como lo han planteado, si protestas eres un descerebrado insolidario al que no le preocupa la destrucción del medio ambiente). Está tan bien orquestada la campaña, que es para quitarse el sombrero y besar los pies de quien se le haya ocurrido. :p
Pues yo protesto, y exijo medidas más coherentes que no sólo beneficien a los establecimientos, sino también a los consumidores, que somos los que siempre acabamos pagando el pato.
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