Hoy se ha aprobado una nueva limitación de velocidad en autopistas y autovías de 110 Km/h. Parece que mi nuevo coche no va a poder conocer lo que es ir a 120 Km/h. (limitación de velocidad actual en España), a no ser que me dé mucha prisa, pues la nueva imposición entra en vigor el próximo 7 de Marzo.
Aunque pueda parecer lo contrario, no es la limitación de la velocidad lo que más me molesta, sino lo que hay detrás: como razón del cambio de norma el estado español alega un ahorro a través de la reducción del consumo de los combustibles derivados del petróleo. ¿Pero por qué me tienen que decir a mí lo que me tengo que gastar en gasolina? ¿Por qué no tengo libertad para gastar lo que me dé la gana o me permita mi bolsillo? ¿Por qué tiene que venir una institución desde fuera a controlarme, es que los ciudadanos somos incapaces?
¿Me sancionarán dentro de poco por utilizar demasiado papel higiénico? ¿Me obligarán dentro de poco a utilizar compresas sin alas porque utilizan menos plástico en su elaboración? ¿Tendré que acabar usando trapos como mis abuelas?
Y además de coartar libertades, sospecho que nos han mentido, que la verdadera razón de esta medida es el más que probable aumento de recaudación en las maltrechas arcas públicas españolas; ya que si estamos acostumbrados a viajar a 120 Km/h., será francamente fácil no percatarse de conducir a una velocidad superior a la permitida cuando alcancemos el viejo límite y los ingresos de multas por exceso de velocidad se multiplicarán como las cucarachas.
Además, una gran duda me asalta: ¿cuánto dinero cuesta cambiar las señales? Aunque quizás las multas de tráfico paliarán este gasto.
Encima se rumorea acerca de la reducción de este límite también en ciudad, que pasaría a ser de 30Km/h. (actualmente es de 50Km/h.). Cuando eso pase, yo querré morirme de asco.
Yo nací en democracia, pero cada vez veo más cerca la vuelta de las cartillas de racionamiento y el estraperlo que hasta ahora he tenido la dicha de no conocer. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Tengo miedo: yo no soy de las personas que se aguantan con cualquier cosa mientras tengan su cervecita de los viernes al mediodía. Estamos vendidos. Amigos, me hierve la sangre.
Aunque pueda parecer lo contrario, no es la limitación de la velocidad lo que más me molesta, sino lo que hay detrás: como razón del cambio de norma el estado español alega un ahorro a través de la reducción del consumo de los combustibles derivados del petróleo. ¿Pero por qué me tienen que decir a mí lo que me tengo que gastar en gasolina? ¿Por qué no tengo libertad para gastar lo que me dé la gana o me permita mi bolsillo? ¿Por qué tiene que venir una institución desde fuera a controlarme, es que los ciudadanos somos incapaces?
¿Me sancionarán dentro de poco por utilizar demasiado papel higiénico? ¿Me obligarán dentro de poco a utilizar compresas sin alas porque utilizan menos plástico en su elaboración? ¿Tendré que acabar usando trapos como mis abuelas?
Y además de coartar libertades, sospecho que nos han mentido, que la verdadera razón de esta medida es el más que probable aumento de recaudación en las maltrechas arcas públicas españolas; ya que si estamos acostumbrados a viajar a 120 Km/h., será francamente fácil no percatarse de conducir a una velocidad superior a la permitida cuando alcancemos el viejo límite y los ingresos de multas por exceso de velocidad se multiplicarán como las cucarachas.
Además, una gran duda me asalta: ¿cuánto dinero cuesta cambiar las señales? Aunque quizás las multas de tráfico paliarán este gasto.
Encima se rumorea acerca de la reducción de este límite también en ciudad, que pasaría a ser de 30Km/h. (actualmente es de 50Km/h.). Cuando eso pase, yo querré morirme de asco.
Yo nací en democracia, pero cada vez veo más cerca la vuelta de las cartillas de racionamiento y el estraperlo que hasta ahora he tenido la dicha de no conocer. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Tengo miedo: yo no soy de las personas que se aguantan con cualquier cosa mientras tengan su cervecita de los viernes al mediodía. Estamos vendidos. Amigos, me hierve la sangre.
2 comentarios:
Hola Paula, coincido contigo en todo lo escrito,¿hasta donde vamos a llegar? como sigamos así pronto iremos en burro, a este paso todos sin carnet de conducir por falta de puntos.
Saludos
Isabel
Gracias por tu comentario, Isabel. Me alegro de saber que no soy la única a la que le parece mal la nueva norma.
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