domingo, 4 de abril de 2010

¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!!

¡¡CRISTO HA RESUCITADO!!

La Pascua Judía celebra el paso de la esclavitud a la libertad acaecido cuando el pueblo de Israel huyó de Egipto. Hoy los cristianos también celebramos nuestro día más grande: Jesús, hecho hombre para redimir nuestros pecados, ¡ha vencido a la muerte! ¡Está vivo! ¡¡Ha resucitado!!

Me ha indignado profundamente encender el televisor y observar que las cadenas que los últimos días han estado retransmitiendo sin descanso la estación de penitencia de todas las cofradías han dado por terminada la Semana Santa obviando lo más importante, la resurección de Jesús. Sin eso nada de lo demás tendría sentido, y ellos lo ignoran. Ya que han estado ahí todos los días, a todas horas, qué menos que dar cobertura a la procesión más importante de todas: la resurrección.

La verdad es que la Semana Santa es cada año menos pedagógica y más "becerro de oro". Es fácil encontrar pasos que representan a Cristo muerto en la cruz un viernes de dolores, cuando Jesús todavía ni siquiera ha entrado en Jerusalén. Me voy a permitir hacer un breve resumen de los acontecimientos que se recuerdan cada día de la Semana Santa:

Domingo de Ramos: entrada de Jesús en Jerusalén. Es aclamado por la multitud y recibido con palmas y ramas de olivo con las que la gente construye una improvisada alfombra bajo sus pies. Este día no debería salir más que "La Borriquita", o escenificaciones similares que representen este momento. Por supuesto, ningún paso antes de este día.

Jueves Santo: última cena de Jesús con sus discípulos, donde tienen lugar dos hechos muy importantes:
1) Jesús instituye la Eucaristía.
2) Jesús lava los pies a sus discípulos para enseñarles que deben amarse y servirse unos a otros sin esperar nada a cambio.
Este día sólo deberían pasear por las calles escenificaciones de la Última Cena, la oración posterior en el Huerto de los Olivos y cuando prenden a Jesús.

Viernes Santo: Jesús muere en la cruz. Éste es el único día que deberían procesionar representaciones de Cristo crucificado.

Sábado Santo: Podrían salir pasos que representaran el descendimiento del cuerpo de Jesús sin vida de la cruz, el entierro...

Domingo de Resurrección: ¡¡Es el día más importante!! Se recuerda la resurrección de Jesús. Este día sólo debería haber escenas que recuerden este hecho.

Y el resto de días no tienen una simbolización especial; así que la única consigna para las cofradías debería ser no romper el hilo temporal de los acontecimientos, que deben ser recordados en este orden y no haciendo un revoltillo antipedagógico de la historia.

viernes, 2 de abril de 2010

Viernes Santo



"¡Oh, no eres tú mi cantar! No puedo cantar ni quiero a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en la mar."
Yo te canto a ti, Señor: no a una escultura.


Hace algunos años, cuando todavía iba al instituto, no entendía por qué Jesús tuvo que morir; y deseaba con toda mi alma poder teletransportarme a aquella época para conocerle, abrazarle y tratar de evitar que le hicieran pasar por todo el calvario que tuvo que sufrir y que le mataran. Aún se me encoge el corazón al pensar en lo que pasó.

Ahora entiendo que Dios es misericordioso, pero también justo. Como su justicia es implacable, alguien tenía que pagar por todos los pecados de la humanidad; y como es misericordioso y ama de forma incondicional al fruto de su creación, se hizo hombre para poder pagar él mismo nuestras merecidas penas.

Lo triste es que leo sobre las atrocidades que se cometían en aquella época y me doy cuenta de que no hemos cambiado en nada. Somos exactamente iguales y cometemos los mismos errores, aunque hayan pasado más de dos mil años desde entonces. Si Jesús hubiera vivido en el siglo XXI le hubiéramos hecho prácticamente lo mismo. :(

jueves, 1 de abril de 2010

La Bulla

Ayer estuve "viendo la Semana Santa". Entre muchas otras cosas, vi una informe masa humana que me engullía sin remedio. Vi a una mujer con espacio suficiente para pasar clavar el codo en el costado de otra, apretando mientras pasaba para hacer la experiencia lo más dolorosa posible. Vi a un niñato y a un hombre de mediana edad canearse en medio de la calle como animales tras pasar el uno junto al otro. Entre toda esta suerte de inmundicia y desahogo, sentí un dolor en un codo que no sabía de dónde provenía. ¡Qué daño! Creo que por eso le llaman irónicamente "el hueso de la alegría". El dolor se repitió una vez más, y al volverme vi a una vieja (no pienso usar ningún eufemismo aquí) que regomellaba algo mientras me apartaba para pasar. Al mirarla bien vi a una persona de muy baja estatura, extremadamente delgada, frágil y triste, enfadada con el mundo, y mientras el dolor punzante me recorría el brazo la miraba con pena preguntándome qué había pasado. La verdad es que muchas de las veces que me veo obligada a pasar entre una multitud acaban pegándome a mí y yo no me entero de nada más que del dolor.

Es como si la gente se diluyera en la masa y deshumanizara al mismo tiempo a todo aquél a su alrededor. Se ve a sí misma como una cosa y hace extensible esta apreciación también a los demás. No sé cómo lo hace la gente, pero yo en la masa sigo siendo yo.