miércoles, 19 de noviembre de 2008

Carta a la Enfermedad de Alzheimer

¡Maldito Alzheimer, que posees a las personas y las conviertes en zombis errantes! La mirada absorta en la nada, la postura y el gesto petrificados, la mente perdida entre las cuerdas del tiempo... Tú les robas la merecida sabiduría que sólo se alcanza con la edad, la dicha de disfrutar viendo el crecimiento de la familia, las horas de ocio y de aprender y realizar todo aquello para lo que no se tuvo tiempo antes. Tú llegas sin avisar, maldito, y juegas a la ruleta rusa con la existencia de las personas, confundes su pasado y su presente, las desposees de sus mentes sin que jamás hubieran imaginado que eso se pudiera llegar a perder. Maldito seas por siempre. Te odio. Tú me has robado a mi abuela.
Y en la mente de todos dejas un pensamiento unánime: "El próximo espero no ser yo".

2 comentarios:

mJ dijo...

A veces la vida nos trae azarosamente cosas que no deseamos encontrarnos. Mucho ánimo, Paula. Un besote

Ernesto dijo...

¿No será que tu abuela ya está con Dios y aquí sólo quedó su cuerpo?
Según Miguelito (el amigo de Mafalda) el cuerpo es un envase que hay que devolver. Queda aquí, donde vivió. Algunos cuerpos se corrompen, otros no, algunos se incineran. Las almas han volado hacia donde esperan la resurrección de la carne. Entonces se les entregará otro cuerpo que no se corrompe ni se puede incinerar.
Tu abuela, como tantos otros que han perdido el sentido de la realidad, han dejado su cuerpo aquí por un tiempo, quizás para purgar algún pecado no lo suficientemente importante como para que el alma lo pague en el purgatorio.
Tu dolor e impotencia le sirve, porque es fruto del amor que ha sabido inspirar.
Pedile que te ayude a superar este trance, ella puede hacerlo intercediendo ante Nuestro Señor, porque está muy cerquita.
Un beso y fuerte la fe.