¡Maldito Alzheimer, que posees a las personas y las conviertes en zombis errantes! La mirada absorta en la nada, la postura y el gesto petrificados, la mente perdida entre las cuerdas del tiempo... Tú les robas la merecida sabiduría que sólo se alcanza con la edad, la dicha de disfrutar viendo el crecimiento de la familia, las horas de ocio y de aprender y realizar todo aquello para lo que no se tuvo tiempo antes. Tú llegas sin avisar, maldito, y juegas a la ruleta rusa con la existencia de las personas, confundes su pasado y su presente, las desposees de sus mentes sin que jamás hubieran imaginado que eso se pudiera llegar a perder. Maldito seas por siempre. Te odio. Tú me has robado a mi abuela.
Y en la mente de todos dejas un pensamiento unánime: "El próximo espero no ser yo".